
Son habitaciones donde la alta tecnología de la filtración para que el aire en ellas sea lo más limpio posible. O, dicho de otra manera, se trata de espacios con el menor número de partículas posibles en su interior. De esta forma, se evita al máximo la presencia de polvo, vapores, elementos químicos y también de los famosos aerosoles.
El objetivo, por tanto, es que el aire de la sala tenga el menor impacto posible en todo lo que se encuentre dentro de ella.
¿Cómo se logra una habitación blanca?
Mediante la utilización de filtros de alta tecnología, que aseguran una perfecta ventilación y filtrado del aire y que están compuestos por dos elementos diferenciados: prefiltros y filtros.
Estos últimos son los que realizan lo que se conoce como “el trabajo sucio” eliminando el mayor número de partículas posible.
¿Para qué se utiliza una habitación blanca?
Han sido muy utilizadas en ciencia, para llevar a cabo determinados experimentos donde se buscaba que la incidencia de las partículas del aire fuera la menor posible.
Y también en el ámbito de la salud.
Además, con la pandemia del coronavirus, se ha puesto de relevancia la necesidad de ambientes con aire limpio, por lo que, sin llegar a la necesidad de obtener habitaciones blancas, se ha extendido el uso de filtros de calidad para el control de aire.
Los filtros varían en su grado de eficacia a la hora de recoger las partículas microscópicas del aire, encontrando entre ellos los G2, G3 y G5, y también los ya famosos filtros HEPA, que utilizan, por ejemplo, muchas compañías aéreas para la ventilación segura del interior de los aviones. Pero cada vez también más industrias, con el fin de asegurar la calidad del aire en sus instalaciones.